martes, mayo 25, 2004

15ª Parte

Cuando quieras empezamos, le dije con un tono delicado(creo que por la congoja que llevaba en el cuerpo)al tiempo que le miraba de arriba a bajo sin comprender qué hacía yo allí...
Ella sonreía porque sabía que yo estaba nervioso y poco acostumbrado a este tipo de trabajos, no obstante, intenté guardar la compostura y estar a la altura de la situación. Ella, de espaldas a mí, con la piernas semiflexionadas y la cabeza hacia la izquierda, esperaba a que yo disparara la foto.

Entonces sonó el teléfono, era Marisa. Lo cogí rápidamente y con voz nerviosa contesté:
- ¿Si?
- Hola Sergio, he pensado que... podíamos ir al cine si quieres o a dar una vuelta... o a donde quieras.
- Bueno, yo es que ahora estoy haciendo un trabajillo y no sé cuándo voy a terminar.
- No importa, si quieres yo voy a donde estés.
- No bueno, si el caso es que...
- De verdad que no me importa.
- Ya bueno, pero ... es que no sé cuándo...
- Mira, dime dónde estás y yo cuando terminé de hacer unas compras voy para allá.
- Mmmm... Bien. ¿Conoces la calle Corredera Baja de San Pablo?
- Sí.
- Pues en el portal 22, 2º B.
- Ok, pues allí estaré dentro de una hora u hora y media.

Y colgó así, sin más. Yo con la modelo en pelotas y con Marisa pensando en venir dentro de nada. ¿Pero dónde me he metido?.
Seguí con el trabajo. Mónica, la modelo, era un encanto de chica, le encantaba Joaquin Sabina como a mí y adoraba el cine y leer... ¡Basta ya Sergio!, ¿Ya empezamos como siempre?, mira que te tengo dicho que no te conviene este camino...

Y a la hora y media en punto llaman al timbre. Era Marisa, puntual como siempre. Sube y comienza a hablarme de manera frenética, como cuando está muy contenta, al tiempo que entra al salón y ve a Mónica desnuda, bueno, con una sábana, y se queda quieta en medio.
¿Y esto qué es? Me pregunta en voz baja. Y yo, en voz igual de baja le digo... el trabajo.

La llevo fuera de la habitación para explicárselo y me dice:
- Hombre, me lo podías haber dicho y venía en otro momento.
- Si intenté explicártelo pero...
- Pero ¿qué?
- Pero que intenté hacerlo y me estuviste contando lo que ibas a hacer y no pude, porque te venías para acá ...Pero no te importará ¿no?.
- No, no claro, si yo entiendo lo de tu trabajo... pero... ¿no te sientes incómodo?
- No ¿por qué?
- Pues nada... que ella es muy guapa y claro...así sin ropa, quizás tu..
- Pero ¿qué pasa?, ¿estás celosa?...
- ¿Celosa yo?. Que va, si yo no soy para nada celosa, de verdad, si a mi me da igual lo que hagas.
- Bueno, pues entonces no pasa nada ¿no?. Y... ¿no te importa que acabe con esto?, no me cuesta nada y nos vamos.
- Eh, vale, sin problemas, yo espero sentada y miro, que parece interesante.
- Ok.

La sesión acabó en una hora y media. Yo miraba a la modelo y de vez en cuando miraba a Marisa que no quitaba ojo de encima a Mónica. Parecía entretenerse con la sesión fotográfica y cuando finalizamos se puso a hablar con la modelo, a la que estuvo preguntando acerca de su trabajo y su vida.
Luego nos fuimos al cine y mientras hablábamos, me cogió de la mano como si fuera lo más natural del mundo; yo sonreí mientras la miraba, ella también comenzó a enseñar sus pequeños dientes y sin mirarme a los ojos, por vergüenza, bajó sus ojos en dirección al suelo.

Continuará...
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias