sábado, mayo 22, 2004

14ª Parte.

¿La llamo o no la llamo?. ¿Pero cómo la voy a llamar?, anda que si se pone Javi...¿Qué le digo? ¿Qué me quiero volver a acostar con su novia?. Sergio, será mejor que te tranquilices y que empieces a poner en marcha el plan B: Olvidarte de ella.
Pero no es tan fácil, aún sigo oliendo su oroma, se ha quedado impregnado en mi piel y por mucho que froto no sale de dentro de mí.
No paro de dar vueltas por la habitación. De la cabecera de la cama al armario, del armario a la cabecera, contando las baldosas a cada paso o mirando al techo y contando las pequeñas y finas grietas que amenazan con derrumbar el piso de arriba.

La voy a llamar.
- ¿Marisa?
- ¿Sergio?
- Oye... que quería decirte que...Joder, que difícil es de explicar.
- Jajajaja.
- No te rías... que sabes que me cuesta. Pues sólo quería decirte que... te echo de menos. Que me siento sólo si no duermo contigo y que aunque sé que no estoy en derecho de exigir nada, me gustaría sólo que lo supieras. Sé que quieres que no piense en esperarte siempre, que es una locura pero... es que te quiero.
- Sergio, ya lo sé... pero es que esto es muy complicado. La culpa ha sido mía, por haber hecho algo que sabía que no estaba bien. Yo quiero que sigamos siendo amigos, sé que es difícil pero... no hay otra solución.
- Lo sé, lo sé... y aunque me cuesta aceptarlo te prometo que lo voy a intentar.
- Gracias... Por todo.
- Te quiero.
- Un beso.

Creo que me he quedado peor de lo que estaba antes. Me acabo de dar cuenta de que lo que sentía era real y no una obsesión. Bueno, ya está, tengo que intentar ocupar mi tiempo como sea para olvidarme de ella, para no dejar correr mi mente cuando le venga en gana.

Fui a hablar con el profesor que me había impartido el taller de fotografía. Le pregunté si tenía algún trabajo en el que poder ayudar o echar una mano y me dijo que sí. Que había una clase de arte que necesitaba a un fotógrafo para realizar unos desnudos a una modelo, para que las alumnas posteriormente pudieran pintar y esculpir fijándose en las fotografías.

Acepté el encargo y aunque mi técnica seguía siendo un poco deficiente, me creía con las capacidades suficientes de poder solventar la situación. Así que quedé con mi exprofesor para conocer a la modelo en una cafetería a las once de la mañana porque desde ese mismo día teníamos que empezar la sesión.
Una chica de estatura media, cerca del 1'65, con una melena rizada de color castaño oscuro; delgada pero con las curvas bien formadas, vestida con unos vaqueros y una camiseta roja de licra, se acercó a nosotros.
Miguel se levantó en el acto para saludarla, yo tardé en reaccionar unos minutos. Después de las presentaciones nos sentamos a charlar y a hablar sobre el proyecto.

Continuará...
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias