martes, octubre 05, 2004

Se me han metido unas pequeñas piedras en el zapato. Al principio he pensado en sacármelas pero luego me ha dado pereza quitarme el zapato y agitarlo, así que las he dejado reposando en la planta.
Esta mañana he pensado en deshacerme de ellas, pero al cabo del rato me he olvidado de hacerlo y me he puesto el zapato como si nada y no he sentido en todo el día las piedras pululando de un lado para otro y es que se habían acomodado tranquilamente, cada una en un lado.
Así que he decidido que quizás las deje ahí, calientes entre mi piel y la planta roja de mi calzado porque quizás con el tiempo me olvide por completo de que algún día existieron y de que una tarde comenzaron a molestarme.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias