Hoy he vuelto a morir a tus pies, enterrados en la arena.
Con los labios rozando los grumos de una tierra áspera y seca.
Con las manos a cada lado de mi cuerpo y las palmas rasgadas por las pequeñas piedras que se esconden en el suelo.
Hoy te he mirado desde lo más profundo de la tierra y te he visto ganar de nuevo.
Quería haber tenido el valor de retarte, pero mis ojos empañados en lágrimas han quitado de un manotazo mi antifaz, ése que me ayuda a seguir siendo una heroína.
Hoy me he quedado acurrucada en la sombra, implorando al viento en la lejanía que se llevara por favor mi llanto y mi voz y así ya nadie sabría de mi derrota.
Hoy se ha acabado mi tiempo, mis segundos de espera en un camino en el que se hacina únicamente el silencio; en el que tu y yo a la par volvemos a retarnos de nuevo y donde yo, esta vez sin antifaz, gano.
Con los labios rozando los grumos de una tierra áspera y seca.
Con las manos a cada lado de mi cuerpo y las palmas rasgadas por las pequeñas piedras que se esconden en el suelo.
Hoy te he mirado desde lo más profundo de la tierra y te he visto ganar de nuevo.
Quería haber tenido el valor de retarte, pero mis ojos empañados en lágrimas han quitado de un manotazo mi antifaz, ése que me ayuda a seguir siendo una heroína.
Hoy me he quedado acurrucada en la sombra, implorando al viento en la lejanía que se llevara por favor mi llanto y mi voz y así ya nadie sabría de mi derrota.
Hoy se ha acabado mi tiempo, mis segundos de espera en un camino en el que se hacina únicamente el silencio; en el que tu y yo a la par volvemos a retarnos de nuevo y donde yo, esta vez sin antifaz, gano.
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