Me siento azul. Como el mar. Espero que alguna barca de madera vieja me surque el cuerpo y me recorra cada acantilado vacío. Sangro lágrimas saladas que se escurren por las rendijas de mis olas.
Me enfurezco y rompo a llorar espuma blanca que alimenta tus ansias de marinero despistado a la deriva. Y me escondo cada amanecer para volver a verte desnuda, en las rocas, mientras cantas esa canción que acuna a mi oídos y los sume en un letargo infinito.
Me enfurezco y rompo a llorar espuma blanca que alimenta tus ansias de marinero despistado a la deriva. Y me escondo cada amanecer para volver a verte desnuda, en las rocas, mientras cantas esa canción que acuna a mi oídos y los sume en un letargo infinito.
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