lunes, octubre 29, 2007

Chelsea Road (IX)

El salón estaba en silencio. Un silencio frío. Alguien respiraba fuerte en una silla. Kevin y Gareth estaban sentados uno al lado del otro, Kevin miraba al inspector Jonson con intensidad, Gareth, mientras tanto, se apretaba la mano derecha con la izquierda.

En aquella habitación también estaba la corena, el matrimonio, la mujer (de conveniencia), la novia de Gareth, la vecina, la que tendría que haber ido a cuidar a Wendy la noche de su muerte y el jefe de Jonson.


El joven inspector caminaba de un lado a otro de la estancia, con las manos en la espalda y el cuerpo levemente inclinado hacia adelante. Sus zapatos pesaban sobre el suelo, el sonido duraba unos segundos y luego cesaba, momento en el que Jonson dejaba de caminar, giraba sobre sus talones y volvía a andar.


Se imaginó en ese instante, mientras las miradas se posaban en el ambiente, que estaba en una novela de Agatha Christie y que le tocaba el turno de confesar. No sabía qué decir, se preguntó si acaso debería hacer siquiera el ademán de abrir la boca y comenzar con una rethaila de excusas baratas.


Notó en ese momento que le sobraba la gabardina. Dejó de caminar y ubicándose en un punto desde el que poder mirar a todos los que le rodeaban se aclaró la garganta y comenzó a hablar.


- Sé que ha pasado mucho tiempo y que en este tiempo, la información ha sido escasa. Antes de nada, me gustaría darles las gracias a todos por haber colaborado en la investigación, algunos, sin duda, más que otros. Sin embargo, todo ha sido necesario para poder enlazar aquellas piezas que quedaban sueltas.

El día en que Wendy murió Gareth fue a visitarla acalorado, confesó que había bebido, que estaba nervioso y que la situación se le fue de las manos.
(En ese momento todas las miradas se alternaban entre el inspector y Gareth que nervioso no sabía donde posar sus ojos. Su novia le agarró las manos mostrándole su confianza, su mujer, en cambio, no pestañeó ni un segundo, parecía que aquel momento no iba con ella, que estaba allí como observando un escaparate de una tienda).

Pero aunque su comportamiento no fue el adecuado...(Jonson bajó el tono de su voz levemente) Él no tuvo nada que ver con la muerte de su madre. He de confesar que todos los indicios aputaban en su contra, que las mentiras, una y otra vez repetidas, me confundieron, pero no fue suficiente.

Tampoco nunca comprendí por qué el teléfono estaba descolgado. Quizás alguien llamaba insistentemente y Wendy no quería contestar...Comprobamos el registro de llamadas, pero resulta que los únicos números que aparecían eran el de Maisa, el de su hijo Kevin y el de la vecina que quiso avisar que aquel día no acudiría a cuidarla.

Wendy, tenía un secreto.

(Silencio. Las cabezas giraron y apuntaron hacia el inspector. El tiempo se suspendió unos segundos). Wendy era esquizofrénica. Estaba bajo tratamiento desde hace años y mantenía su estabilidad mental y emocional de manera equilibrada hasta que decidió dejar de medicarse. Fue en ese momento cuando los síntomas negativos de la enfermedad como la pérdida de vitalidad, el embotamiento afectivo y la pobreza de pensamiento que le aturdieron durante los últimos meses, salieron a la luz.


Encontramos casi por casualidad una receta médica tirada debajo de un mueble, eran antipsicóticos. Wendy llevaba tomándolos un par de años, hasta que un día decidió no hacerlo, por eso cuando Maisa nos comentó que había percibido que Wendy estaba distraída o cuando su hijo nos habló de que ella insistía en que le movían las cosas de sitio en su cuarto, o las famosas persecuciones de la CIA, eran las alucinaciones cobrando vida.


Sé que es complicado de entender, que nadie de vosotros estaba al tanto de la situación y que todos y con esto me incluyo a mí mismo, parecíamos necesitar a un culpable de carne y hueso en toda esta historia. No lo hay. La enfermedad se encargó de hacer todo el trabajo.


(En ese instante el opaco silencio gritaba desesperado. Los presentes no encontraban las palabras adecuadas para interrumpir al joven inspector que se alargó con pequeños detalles sobre las consecuencias que la esquizofrenia había provocado en Wendy).

El teléfono no sonó en ningún momento el día de su muerte, sin embargo, probablemente lo descolgara porque creyó lo contrario. Wendy se acercó a la ventana para mirar algo que había fuera y se cayó con tan mala suerte que se clavó la verja directamente en el corazón.

-Dios...(la voz de la novia de Gareth quedó ahogada en la sala).
- Sí, es dramático, pero fue de esa manera. En fin, eso es todo lo que les puedo contar, la familia podrá leer el informe detallado cuando lo tengamos finalizado que espero que sea en un par de días.
-Gracias inspector (añadió Kevin)
- De nada.

Al cabo de dos horas de estar encerrados en aquel habitáculo, uno a uno fueron recogiendo sus abrigos, bolsos y demás objetos personales, dando la mano al joven inspector y marchándose. Gareth y Kevin se quedaron allí preparando té con pastas y hablando de cómo sería el funeral. Hacía tiempo que no se veían, que no se contaban cómo les iba la vida.


Jonson se retiró sigilosamente. Estaba aturdido, tenía calor y sentía que toda esta película había sido como una especie de historia de detectives a la que habían arrancado algunas páginas. Cuando llegó a la calle se encendió un cigarrillo. El cielo estaba nublado. Se subió las solapas de la gabardina beige y miró el reloj. Una gota cayó en la esfera. Maldición, dijo.



FIN


3 Comentarios:

Gracias.

By Anonymous Anónimo, at 1:10 p. m.  

creía que teniamos asesino en el culebrón y hoy me entero de que todo ha sido producto de la enfermedad, pobre Wendy descanse en paz. Y mi niña a buscarse otra aventura

By Anonymous Anónimo, at 8:33 p. m.  

Qué artista Anaïs, me ha gustado mucho cómo has llevado toda la historia, y ese final, redondo. Un besico mi linda.
Lidia.

By Anonymous Anónimo, at 8:57 p. m.  

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3 Comments:

Anonymous Anónimo Dice...

Gracias.

1:10 p. m.  
Anonymous Anónimo Dice...

creía que teniamos asesino en el culebrón y hoy me entero de que todo ha sido producto de la enfermedad, pobre Wendy descanse en paz. Y mi niña a buscarse otra aventura

8:33 p. m.  
Anonymous Anónimo Dice...

Qué artista Anaïs, me ha gustado mucho cómo has llevado toda la historia, y ese final, redondo. Un besico mi linda.
Lidia.

8:57 p. m.  

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