viernes, mayo 20, 2005

Amir coleciona ojos de maniquí. Se los intercambia constantemente por su ojo izquierdo de cristal después de haberles arrancado las pestañas postizas que, según él, son bastante horteras.
Dice que, mediante ese ojo ajeno, es capaz de derrumbar toda la coraza de piel que compone nuestro cuerpo y así, adivina en qué momento necesitamos que nos abrace.
A mi me molesta que con el ojo izquierdo no parpadee y que cuando se cansa de mirarme el corazón se lo quite sin avisar primero; pero la verdad es que es la única persona que adivina cuándo me llora el alma.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias