sábado, agosto 05, 2006

El desayuno

Se comió las tristezas con mermelada y mantequilla. Cuando se iba a dejar el último trozo (una mala costumbre que nació con ella) lo miró de reojo, lo mojó en el café con leche y se quedó dormida. A partir de hoy juro que las alegrías las mezclaré con cereales de chocolate.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias