viernes, julio 14, 2006

El maniquí


Esa es la dirección. La puta se rascó la axila izquierda mientras con la punta del zapato señalaba el callejón.
- ¿Seguro que es por ahí?
- ¿Acaso lo dudas?
- Eh...No. Creo que no.
- Bien.

El hombre del bombín anduvo hasta el lugar indicado. Llamó a la puerta y una mujer con un antifaz le abrió lentamente.

- ¿Eres el hombre del bombín? Le preguntó.
- Sí.
- Bien, adelante.

No había luz suficiente para observar qué elementos componían la pequeña sala. Tan solo una lámpara de mesa que, tenuemente, dibujaba la silueta de una mujer tirada en un sofá.

- ¿Es ella?
- Sí. Está muerta.

El hombre se agachó. Entre los dos la cogieron y la arrastraro hasta el coche.

- Es perfecta para mi escaparate. Gracias.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias