Un día
Son las nueve y cuarto. Miro el reloj. Te retrasas quince minutos. Un hombre de jersey azul marino, vaqueros claros y zapatos de cordones se acerca.
- ¿Cuánto la hora? (me susurra)
- ¿Cómo?
- Que cuánto la hora...(me vuelve a susurrar)
- No, yo no...
- ah ¿No?
- No...
- Hasta luego.
- ¿Cuánto la hora? (me susurra)
- ¿Cómo?
- Que cuánto la hora...(me vuelve a susurrar)
- No, yo no...
- ah ¿No?
- No...
- Hasta luego.
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