sábado, septiembre 24, 2005

Y tu maravillada con la danza



Te abriste como una flor y no pude decirte que no. Lanzaste tus frondosas alas y de un salto te apoderaste de mis defensas. Y yo, mirando al cielo, esperando a que aterrizaras, me di cuenta de que te habías convertido en lluvia.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias