Podría soltar hoy una retaíla de palabras cargadas de injusticia pero creo que todo está ya demasiado dicho; en estos momentos solo me queda quedarme callada e intentar dejar la mente en blanco, si eso es dejar la mente en algún tipo de estado de reposo y paz aparcando a un lado toda la rabia acumulada.
Lloro por los americanos y solo me queda decir... ¡Qué Dios nos pille confesados!
Lloro por los americanos y solo me queda decir... ¡Qué Dios nos pille confesados!
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