Cosas que pasan
Manolo bostezaba como los leones marinos. Ana, su mujer, como las amapolas. Entre los dos formaban una bonita pareja. Un día el león marino le preguntó a la amapola si le molestaba que fuera medio león marino medio Manolo. Ana, la amapola, siempre muy cuidadosa, le miró con los ojos enamorados y le dijo: si quisiera que fueras una amapola no te peinaría cada mañana el bigote, únicamente te deshojaría para ver si me sigues queriendo.
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