Me gustan los finales felices, no lo puedo evitar. Esos en los que el chico y la chica sabes que, aunque pasen por muchos problemas, se reencontrarán en alguna esquina de alguna gran ciudad que solo aparece en las películas de Hollywood. Entonces, cuando eso ocurra, se sonreirán y volverán a estar juntos, en algún momento de sus "super perfectas vidas".
Sin embargo, mientras eso no pasa, mientras solo hablemos de una pareja normal, con una vida normal y con un amor controlado... Me quedo con lo que el propio cine norteamericano ha creado para reirse de toda esa parafernalia romántica y perfectamente insoportable.