Aquel día...
Manuel, cansado de esperar, se acercó a la cara maquillada de Rosario, al perfume con el que le habían rociado el vestido lila de las grandes ocasiones, a sus arrugas y sus uñas pintadas de rojo, a sus cadenas de la virgen, al anillo de esposa fiel....
- ¡Tato, tato!
- ¡Que quieres canijo!
- Ven.
- Ahora no puedo.
- Ven por favor....
- ¿Pero qué diablos quieres?
- La abuela se está echando pedos...
- ¿Pero qué dices?
- Que la abuela se ha pedido.
- Pero si está muerta, ¿como coño va a terner gases?
- Que sí...Que la he oído...
Se acercaron a la muerta. Reposaba tranquila. El tanatopractor le había dibujado con la mano una media sonrisa cómplice...
- Yo no oigo nada.
- Que sí, tu espera....
- ¡Ostias! ¡Es verdad!
- ¡Ves, ves! ¿Qué hacemos?
- Pues...
- ¡Venga chicos! -les llamó la madre- va a comenzar la misa, sentaos aquí a mi lado.
- Antes de comenzar la oración...-dijo el cura- pido un minuto de silencio por Rosario García Iglesias, una mujer que, por encima de todo, fue una persona fiel, honesta y ....
- Prffffff
Todos miraron al cura que, sonrojado, no sabía qué decir...Carraspeó, pidió perdon y continuó con un sermón al que nadie pudo prestar atención...Quién se iba a creer que una muerta se estaba echando gases...