He dejado a mi sueño acurrucado entre las sábanas. No me ha hecho mucha gracia, pero me ha pedido tan insistentemente quedarse cinco minutos más, que no me he podido resistir. No obstante, ya le he dicho, ¡cómo no vengas a las doce de la noche, vendrá el insomnio y te quitará el sitio!.
Ya estoy de vuelta... para tejer vuestros sueños con palabras.
Ya estoy de vuelta... para tejer vuestros sueños con palabras.
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