Así de simple
Él la está mirando con calma. Dibuja su nariz arrugada con los ojos. Espera y se acerca. Han pasado varios minutos desde que ella le dijo:
- Lo siento, me desenamoré de tí.
Él no se lo cree y por eso se acerca. Le extiende la mano hacia la mejilla pero sus dedos no alcanzan a rozarla. Ella no se mueve ni un milímetro. Desafía la distancia del sexo.
- Pero yo...(Ahogó sus palabras).
Ella se dio la vuelta. Recogió sus cosas. Volvió a mirarle. Una situación amarga, pensó. También quería llorar. No pudo. Hoy ya era demasiado tarde.