A veces pasa...
Y al tiempo ella, después de haber mirado al techo, al suelo , al techo de nuevo y finalmente a sus manos, giró lentamente sobre sus talones y le confesó que nunca hubiera pensado que los vecinos llorasen tanto.
Todo era un camino de pies descalzos...Las verdades se escondían a cada paso...Las mentiras, dormían la siesta...
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