miércoles, noviembre 12, 2008

Hoy no hablaré de tí, hablaré de nosotras

He necesitado tiempo. Tiempo y silencio para contarte, para no pensarte ni leerte en voz alta, para no discutirte, ni soñarte, ni silenciar la distancia.

Pero ¿sabes?, hoy no hablaré de tí, hablaré de nosotras.

Y te diré que Mamá (con mayúscula), sigue luchando al son de la pancarta, las propuestas de ley, las subidas y bajadas en su Golf blanco y sus cigarrillos para ir al baño, solo de vez en cuando.

No escucha nunca el móvil, como de costumbre, se empeña en leerme sus escritos en voz alta, pone las comas y los puntos donde le viene en gana y no sabe qué responder a la abuela cuando pregunta: ¿Y si tú te retiras, a quién votaremos?

También mira de reojo hacia donde deberías estar y no estás, suspira y a veces, timidamente escucha a María Callas desgarrarse la garganta en un CD, pero enseguida me sonríe con sus ojillos.

Yo, como imaginarás, sigo quejándome, batallando contra la maldición, depotricando por no haber estudiado cine y rodar las películas más absurdas de la historia. Esa misma historia que tú decías que nadie podría nunca enseñar.

Ahora llevo tu reloj. Hacía seis años que no me ponía uno. El tuyo me sienta bien y yo siempre he sido de esas que se miran en los espejos. Además, es lo que Mamá calificaría como vintage, razón todavía de más para que me marque las horas, que, a veces, me hace falta.

Por cierto, sigo diciéndole que vaya a la peluquería a que le atusen los rizos, pero sabes que a ella le dan ataques de  belleza repentinos y no me hace ni caso, se deja la mascarilla de pelo un tiempo infinito y a veces se le olvida que un día se la puso. Antes de que se me olvide, te hemos colocado entre los libros, es algo temporal, creíamos que querrías seguir almacenando letras y números en tu cabeza, por aquello de no perder la costumbre.

Pero como te decía, hoy quería hablar (hablarte) de nosotras, de nuestro espacio, de nuestro silencio conversado. Hoy estaba preparada para mirate, subirme a la palestra y recitarte una poesía de Joan Margarite.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias