lunes, junio 27, 2005

El mundo se visitió de gala cuando le avisaron de que el Fin se iba a retrasar un par de días.

martes, junio 21, 2005

Volcarme hacia tu espalda es la única manera de sentirte de manera plena. Los latidos de tu estómago traspasan tu espalda y mi vientre, hasta que se acoplan a nuestras respiraciones que espectantes, se relajan en el vaivén del placer.

lunes, junio 20, 2005



Le taparon los ojos. Sin ellos no podría ver la inmesidad del cuerpo de la noche. Le cerraron la boca. Sin ella no podría probarte. Únicamente dejaron libres sus oídos. Con ellos podría escuchar el susurro de tu lengua, pidiéndole la respuesta que encerraban sus labios y su mirada.

miércoles, junio 15, 2005

Está claro que nos amamos a destiempo. Lo mejor sería elegir un día, un lugar y una hora e intentarlo juntos.

martes, junio 14, 2005



Hoy me he puesto en medio de la calle desnuda. Quiero que me cosan una ropa a medida, sin que el tiro me quede bajo, sin que las camisetas se revuelvan en mi pequeño pecho, sin que los zapatos conozcan el mundo antes que yo. Pero me han gritado las sombras que todavía no es el momento, que aún puedo, si quiero, pasearme con la piel blanquecina, que es el traje que mejor me sienta y que cuando tenga que esconder demasiados secretos, ya avisarán a una modista.

domingo, junio 12, 2005

Madrid despierta a las nueve y media de la mañana los domingos. Hasta entonces, los balcones se acostumbran al silencio y al despertar de algún que otro cigarro. Justo cuando las manillas se colocan en esa posición exacta, todo se desmorona, el equilibrio de la tranquilidad se resquebraja y es el momento en el que aparecen los locos, los perros, los niños, las madres gritando, las barrigas de los padres, las persianas subidas y los alientos más amargos. Hasta entonces, Madrid sólo era sombra.

jueves, junio 09, 2005



¿Bailamos?

martes, junio 07, 2005

Todo como un círculo. Como un gran redondo que me mira desde un centro descolocado y me guiña un ojo. Sabe lo que pienso. Y me carcomo por dentro. Me enloquezco como las hojas de un chopo cuando me atraes hacia tu piel. Y te muerdo, débilmente. Y me rodeas para mirar mis entresijos. Y te dejo que me pintes alrededor del ombligo. Y te introduzcas por él y nazcas dentro de mi y te alimentes de mi alma, que sigue viva, aunque con tendencias cada vez más suicidas.

viernes, junio 03, 2005

Y la Maga se arremolinó en la oscuridad prematura, sintiéndose vulnerable y dichosa al tiempo que su cuerpo se balanceaba en el ambiente caluroso de la noche.Su inocencia derrumbó mis ojos y los deshizo en la inmensidad de su piel que entre el llanto de una flor de invierno me propuso naufragar en sus lágrimas.Y volví a sentir que la locura de las paredes arremetía contra la libertad de mi pensamiento joven y vagabundo y concebí que amaba su espíritu y que derramaría todo mi sentimiento sobre aquel cuerpo virgen.Ella quiso darme la espalda, volver su voluntad o vendérsela al diablo a cambio de parte de un sentimiento ajeno a su cuerpo. Pero me adelanté evitando su osada valentía, necesitaba quedarme con sus pestañas y su sexo y nacer cada noche acurrucada en su tripa.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias