sábado, abril 30, 2005

Ayer de tanto toser se me escapó el alma. Vagabunda y solitaria recorrió todos los rincones de Madrid, sin saber, cuando cayó el sol, cómo volver a casa. Silbé su nombre, pero no me hizo ni caso. Dos días más tarde llamó con los nudillos a la puerta y yo, que sabía que era ella por la suavidad con que tocó la madera, giré rápidamente el pomo para poder abrazarla.
Después de llorar como locas durante un buen rato, abrí la boca de nuevo y se introdujo rápidamente. Me dijo que me quería y desde entonces, soy la mujer más feliz del mundo.

jueves, abril 28, 2005

Nunca te dije que soñaba con los ojos abiertos. Ayer los cerré por error y me di cuenta de que habíamos estado bailando sobre el agua durante mucho tiempo.

martes, abril 26, 2005

Hoy te había aparecido la primera arruga. Estaba escondida bajo la comisura derecha de tu labio.
Estabas alarmada, enfurecida y gimoteabas mientras con el dedo índice no parabas de tocarla y retocarla.
Le pusiste maquillaje, cremas, mucho entusiasmo en que su rastro desapareciera por completo. Fue inútil. Ella era rebelde, más que tú y sabrías que te vencería tarde o temprano.
Yo te contemplaba desde el quicio de la puerta. Con una pequeña sonrisa recorrí cada gesto frenético de tus manos.
Me acerqué por la espalda para que posaras tu columna en mi tripa, como siempre te ha gustado hacer. Mi cabeza sobresalía por encima de la tuya. Los dos nos miramos en aquel enorme espejo del baño.
Acaricié tu arruga. Luego tu pecho. Y tu sexo. Y tu entrepierna, mientras con la boca recorría tu espalda.
Comenzaste a reír y te dije:

- Cuidado, porque como rías demasiado, te van a salir más arrugas.
- Sin son por sentir tanto placer, no me importa.

Y seguiste riendo.

domingo, abril 24, 2005

Siempre he querido ser maga. Saber hacer trucos de cartas y llevar una enorme chistera.
Pero mis manos son pequeñas y mis dedos muy finos y eso no ayuda a la hora de tener que esconderme en la manga los comodines.
No obstante, lo que sí se hacer es magia con las palabras. Inventar mundos, caminos y nuevos cielos cada mañana. También se enamorar con mis letras, con sus sonidos y convertirme en Serezhade y contarte cada tarde una nueva historia. Con ello consigo que no dejes de amarme, que no me olvides y no desaparecer como las demás entre las pesadillas de un mal sueño.

jueves, abril 21, 2005

Inventé un nombre para tí, pero cuando observé la extrañeza de tu rostro, me di cuenta de que quizás no era el adecuado.
Quise pintártelo en el brazo, con el bolígrafo rojo, ese que introduce su tinta descabelladamente por tu piel sin dejar que el agua pueda siquiera borrarlo; pero te cabreaste.
Entonces dejé que tu inventaras tus propias letras, que las pronunciaras y que me las regalaras en un avión con destino al país de las maravillas, el de Alicia.
En ese momento se dibujó delante de nosotras el camino de vuelta a casa, con las migas de pan de pulgarcito indicando cada paso que debíamos dar para no perdernos.
Me cogiste de la mano y guiñándome el ojo derecho, abrimos la puerta del medio, que siempre estuvo cerrada.
Aunque la oscuridad rodeaba sus paredes, esta vez no tuve miedo.

lunes, abril 18, 2005

Mientes, mientes, mientes.
No te creo y lo sabes, pero prefieres callar.
Hoy te he desnudado, únicamente con mi mirada te he descubierto el sexo, pero sentías vergüenza y corriendo has retirado tus pupilas.
Sabes que se que mientes y que cada palabra es una novela con personajes de Almodóvar y que yo no te creo.
No me iré hasta que me digas lo que necesitas decirme.
Sé que mientes pero te espero.
Espero los segundos.
Segundos eternos.
Eternidad mentirosa.

domingo, abril 17, 2005



Mientras persigo las gotas de sudor que rodean tus pezones y te vuelco la cabeza hacia el infinito de una oscuridad que penetra en tus sienes, gimes como una flor, como una pequeña lágrima al filo de un desbordante acantilado, consciente de un final terriblemente placentero.

jueves, abril 14, 2005

Era inventista.
Cada mañana teñía sus ojos de un color distinto y con una mini capa negra y una rama de armol seca, se dedicaba a apuntar a diestro y siniestro y convertilo en algo distinto de lo que era.
Le aburría la realidad que envolvía el viento de todas las mañanas, así que no dudo en rozar cada espalda de cada arbol para que dejase de tener la copa de color verde.
Un día se olvidó de meter sus ojos a remojo y por lo tanto, de derramar una tonalidad diferente sobre sus pupilas, lo que hizo que todo se tornase agrio.
Giraba desesperada la cabeza para intentar salir de una pesadilla demasiado amarga pero cualquier movimiento era inútil.
La rodeaban trajes grises, factorías que escupían humo, niños llorando, estatuas olvidadas, sonidos atronadores...
La inventista se acurrucó en una esquina. No sabía cómo controlar la situación. Intentó concentrase en algún sueño que le transmitiese calma. No sirvió de nada.
Entonces, un niño al que le colgaban los mocos de tanto llorar le preguntó:
- ¿Por qué hoy no usas tu barita mágica?
-Porque hoy no tiene efecto, se me olvidó teñirme los ojos.

El niño, entonces, se quedó mirando sin pensar en nada; cogió la rama seca, señaló hacia la frente de la inventista y le coloreó los ojos de púrpura.

miércoles, abril 13, 2005


Si mis labios supieran las mentiras que saborean cada día, quizás se arrepintieran de rozar cada lengua, cada acantilado en tus comisuras, cada lunar infiltrado cerca del perfil de tus curvas...Pero si me mantuviera recatada sin probarte, sin retozar entre tu fina piel, sin odiarte por tus silencios... quizás mis labios nunca sabrían lo que es amar.
Anaïs

lunes, abril 11, 2005

Quizás el polvo del suelo sea el despiste de las ideas de los locos.

miércoles, abril 06, 2005

"El negro"

A "El negro" lo llamaban así porque el sol le tostó más que al resto. Algunos le llaman manco porque en la mano izquierda lleva siempre un guante gris marengo de lana, más oscuro si cabe que su piel y que esconde, supuestamente, unos dedos imaginarios.
El negro es pobre y su piel huele a vino Don Simón de tetrabrick. Tiene ajado el moflete derecho, quizás por un corte profundo en alguna guerra de este inmenso mundo.
Siempre se sienta en el mismo banco de piedra de la plaza de las palomas; esa donde hay una estatua de una niña de hierro que va con un libro debajo. Él da de comer a las aves esas que no paran de cagarse por las aceras y que le rondan y picotean los zapatos con agujeros, pero no se inmuta, continúa mirando al suelo como si fuera agua que le de vuelve su propio rostro.
"El negro" puede que en verdad se llame "solitario", porque nunca habla con nadie, sino con sí mismo. Y se entretiene inventándose la vida de los que le rodean, poniendo en pie a los animales que persiguen a las palomas y haciéndoles bailar como si estuviesen poseidos por la música de vaco.
Yo lo miro cuando cada mañana, a las ocho y cuarto, paso por la plaza y le encuentro acurrucado en la esquina de la tienda de periódicos, fumando un cigarro apagado y consumiendo la última gota de un vino caliente y rancio.
Y me pregunto cómo sería "el negro", "el solitario" o "el manco" hace tiempo, cuando alguien le calentaba la cama, le sonreía por las mañanas y le recordaba cómo volver a su casa.
Y volver, sin pensar que algo podría haber cambiado. Y soñar que cada tarde te atrapo con el olor de mi colonia. Y creer que podrías descubrir quién soy realmente. Y disfrazarme de tí cuando tu no estás para tenerte cerca. Y correr hasta alcanzar el vacío de las palabras cuando me las sirves con chocolate. Y sentir que ya te desprendiste de mi sombra. Y comenzar desde el principio una y otra vez. Y no descansar la infatigable búsqueda del silencio. Y tararear las canciones que me cantas cada día. Y...gemir mientras me masturbas con tu amor pasajero. Y ya no volver, ni soñar, ni creer, ni disfrazarme, ni correr, ni comenzar, ni no descansar, ni tararear...para esperar que tu lo hagas por mí.

martes, abril 05, 2005


Por fin puedo presentarme. Hola, soy Anaïs y estoy encantada de compartir mis palabras con vosotros.

lunes, abril 04, 2005

Si de verdad quisieras soñar que sueñas cada minuto de tu corta vida, deberías darme la mano para que te traspase los polvos mágicos.
¿No los sientes?. Eso es que no has prestado atención a cada palabra que te he dicho. ¡Mejor!, nunca creí tener la verdad absoluta pero si mucha picardía para saber cuándo necesitas que te toque.

viernes, abril 01, 2005

Me pediste si podía escribirla en el blog, te la dedico princesa:

Habana me sabe a blues que lloran colores
a canciones desafinadas una noche de ron caliente
a olores de cuerpos mezclados con el viento de una isla atrapada.

Si te dijera que cada noche me mezclo con el alma de algún diablo traidor,
si cada vez que me soplas las tristezas de tu corazón enrojecido, tu aliento me huele a posos de café,
si cada vez que te encuentro a solas, lo único que esperabas era que durmiera contigo…
Te diré que un día me desperté en la Habana, no sola pero si en la soledad de una celda
con unos barrotes difíciles de romper.
Un día de calor desbordante, de casas viejas, agrietadas, ajadas por los años.
Alguien me dio abrigo para no deambular entre las sombras de unas calles llenas de charcos y me cobijé en unas sábanas usadas por otros.
Reconocí tu olor en la almohada, pero no me importó. Hice el amor sobre tu aroma, sobre el suyo, enredada con el cuerpo ajeno que cubría mis nalgas. Y fue cuando me di cuenta de que te perdía, de que te escapabas entre mis finos dedos con olor tabaco.

Y te toqué aquella canción que nos hizo tener un mismo llanto, un mismo color de piel, unos mismos ojos, pero ya era tarde. Cada uno se haría responsable de su propia vida, cada uno volaría con distintas alas, si todavía les quedaban algunas plumas, si todavía sabían como volar…
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias