miércoles, septiembre 29, 2004

Antes de todo, nunca hay nada.
Antes de la nada, siempre hay un todo.
Un todo para unos pocos.
Nada para muchos otros.
Del todo sacamos parte de la nada.
De la nada, nunca sacamos todo.
Siempre elegimo el todo.
Nunca la nada.
Pero no sabemos que cuando tenemos todo, desconocemos la nada.
Pero cuando tenemos la nada, siempre hay parte del todo, porque es entonces cuando la nada conforma nuestro todo.

martes, septiembre 28, 2004

Mirarte cuando estás soñando en la oscuridad con los ojos abiertos y yo te cierro de un soplido los párpados.

Usar tu alma para arroparme en el desierto y hacerme invisible y poder taparme del viento que sopla cuando me das la espalda y caminas sin mirar hacia atrás.

Escuchar tu respiración entrecortada y notar tu mano aprentando la mía hasta dejarla sin vida.

Repetir el eco de tus palabras frente a una pared desnuda, de ladrillo rojo y hormigón.

Tener miedo a tu huída, pero saber que has dejado un frasco de colonia y volverás cada noche para perfumarte.

Extender mis brazos sobre tu cuerpo inerte y frotar tus pies fríos bajo una manta de lana que bordaste cuando todavía tenías los ojos abiertos.

sábado, septiembre 25, 2004

Hoy he vuelto a morir a tus pies, enterrados en la arena.
Con los labios rozando los grumos de una tierra áspera y seca.
Con las manos a cada lado de mi cuerpo y las palmas rasgadas por las pequeñas piedras que se esconden en el suelo.
Hoy te he mirado desde lo más profundo de la tierra y te he visto ganar de nuevo.
Quería haber tenido el valor de retarte, pero mis ojos empañados en lágrimas han quitado de un manotazo mi antifaz, ése que me ayuda a seguir siendo una heroína.
Hoy me he quedado acurrucada en la sombra, implorando al viento en la lejanía que se llevara por favor mi llanto y mi voz y así ya nadie sabría de mi derrota.
Hoy se ha acabado mi tiempo, mis segundos de espera en un camino en el que se hacina únicamente el silencio; en el que tu y yo a la par volvemos a retarnos de nuevo y donde yo, esta vez sin antifaz, gano.

domingo, septiembre 19, 2004

Me voy a donde el mar alcanza la punta de tus dedos. A donde el sol se levanta demasiado temprano para quemarte la piel, sin querer hacerte daño. A donde las horas dejan de contarse porque el tiempo no existe, solo el espacio. A donde la arena se mete sin consideración por tus zapatillas y te hacen rozadura. A donde me olvido de tí y me convierto en otra, con gafas de sol como Ava Gadner. A donde no pienso en salir o entrar, solo en el movimiento convertido en canción que me hace despertar contenta todaslas mañanas.

miércoles, septiembre 15, 2004

¿Por qué me cuesta tanto escribir sobre lo que conozco y tan poco sobre lo que desconozco?

martes, septiembre 14, 2004

A Francisco hoy se le caían las lágrimas, una por cada tomate que había perdido, por cada hoja de lechuga que aplastada, se confundía con el barro.
Hoy, mientras el sol se ponía tímidamente, dejando una estela color naranja, las piernas dobladas por los años y la espalda inclinada levemente hacia adelante, le pesaban más que nunca.
Suspiraba mientras cogía los grumos de tierra que la tormenta había dejado tras su paso por su pequeño huerto y gritó al cielo, esperando que el viento y su voz viajaran por todo el mundo y que alguien comprendiera su sufrimiento.
La vida, había dejado de tener sentido para Francisco, aquel huerto, una pequeña tierra de cultivo que le dio su padre y que ahora se escondía debajo de sus pies, triste e inundada, también pedía clemencia.

sábado, septiembre 11, 2004

Cuando me da por estar espesa y no tener imaginación no hay quien me aguante. Mi conciencia ya se ha largado de vacaciones; estaba cansada de aguantar mis refunfuños y le he dicho que cuando se haya quitado el strees de encima que me de un toque en el móvil para ir a recogerla a la estación.

jueves, septiembre 09, 2004

No sabía que necesitaba los dos pies para sostener todo mi peso, ni que me hacían falta los dos ojos para ver la película entera, no sólo el final, ni que me hacían falta los dos pechos para sentir pleno placer, ni que necesitaba todos los dedos para agarrarme el pelo cuando estoy desesperada, ni que necesitaba odiarte primero para volverte a querer de nuevo.

martes, septiembre 07, 2004

Mi sombra me ha pedido un respiro. Se ha quedado sentada en un banco y me ha confesado estar cansada de seguir mis pasos. La he mirado con cara de extrañeza, ¿no se supone que las sombras siguen a las personas?, pero me he dado cuenta de que todos queremos tener nuestro espacio, así que le he dado un currusco de pan para que si se pierde, comienze a tirar migas y así yo, pueda encontrarla de nuevo.

domingo, septiembre 05, 2004

Estoy cansada de que la gente que quieres que te haga caso no te lo haga y la que quieres que se calle siga hablando durante toda la tarde.

sábado, septiembre 04, 2004

Ayer asistí a una de esas conversaciones que denominamos en muchas ocasiones de besugos, y la verdad es que esta no es que fuera de besugos exactamente pero sí que tenía peces de por medio.
Estaba trabajando en el bar y vinieron dos amigas de mi jefa, a las que llamaremos Pili y Mili. Pili iba un poco tocada por la bebida y Mili tenía, o al menos parecía tener, la situación bajo control.
No se cómo comenzó la conversación, pero el caso es que después de estar observando la situación y ver a Pili que no quitaba la sonrisa tonta de la boca, alguien comenzó a hablar de sexo.
- Pues mi novio, salta Pili, me ha dicho que es gay.Y yo le he dicho que no me lo creo y que no me venga con gilipolleces, así que le he dicho que me eche dos polvos y cuando hemos acabado le he dicho: "pues si tu eres gay yo soy maria teresa de calcuta"
- Pues yo, dice Mili, me costó cinco años echar un polvo después de que se muriera mi marido y no sabes lo mal que lo pasé. Pero aún me acordaré del mejor polvo que he echado, que fue en el hotel las truchas.
- Qué cojones de nombre es ese para un hotel, contesta Pili.
- Y yo qué se, de lo único que me acuerdo es de que lo hicimos cuatro veces seguidas y yo me quedé desinflada y mira que para que yo me quede desinflada...(Mili ya tiene un peso considerable).
- Pues mi novio, contesta sin venir a cuento Pili, me va a traer un pez de quince kilos.
- Ya será un barbo.
- Pues no se si es un barbo o qué, pero pesa quince kilos.
- Y para qué quieres un pez de tantos kilos.
- Pues no se, supongo que lo tendré que trinchar por algún lado.
- La única vez que yo trinché un pez fue cuando mi marido me echó un polvo en la cocina.
- Y dale con los polvos, pero que salida estás.
- Pues si tu eres una frígida, a mi no me cuentes.
- Tu te callas que a tí tu novio no te va a traer un pez de quince kilos, reponde de nuevo Pili mientras intenta encenderse un cigarro sin éxito y pensando que se lo ha encendido comienza a fumar.
- Pero si además tu no has cortado ni el pan en toda tu vida.
- Ya buenom, pero estamos hablando de peces, no de panes.

La conversación no mejoró, Pili se terminó encontrando en el bar con uno que conocía pero como no podía ir a donde él estaba, el hombre se le acercó, percatándose de que la situación no era la mejor porque Pili no podía sostener los codos en la barra y porque Mili seguía contando sus batallas sexuales.
Yo estaba llorando de la risa y mi jefa no paraba de mirarme con cara medio amenazadora medio algo que no puedo definir, pero me dio igual, la situación era digna de ser contada y contemplada.

jueves, septiembre 02, 2004

Ya volviste a intentar coger con tu dedo índice parte de la nube situada encima de nuestras cabezas. Mira que te tengo dicho que aunque de ilusiones se puede vivir, es mejor dejarlas para los sueños que aunque en ocasiones nos desilusionan por lo menos se desvanecen con el alba.
Si no queda satisfecho no le devolvemos su paciencia.Gracias